martes, 25 de marzo de 2014

cine porno en casa

Grabar nuestras relaciones sexuales, nuevo hábito de los españoles



Nuestro país ocupa uno de los primeros puestos en el consumo de material pornográfico, tanto en la red como en el mercado de las películas en DVD. Pornografía de todo tipo son las que buscan nuestros vecinos, por mucho que lo nieguen.
Por ello, las webs de contenidos para adultos, han visto un gran filón en España y además cada vez más son las personas y parejas que cuelgan sus vídeos caseros en la red. Así que….¿por qué no ser nosotros mismos los protagonistas de nuestras películas?

Cualquier medio digital está ahora a nuestro alcance; desde una pequeña cámara de vídeo o de fotos, hasta un móvil son herramientas cotidianas. Podemos decir que cualquier persona puede grabar o fotografiar al momento sin más necesidad que sacarlo del bolso o del bolsillo. Pero para muchas y muchos, surge con estas posibilidades el morbo que viene implícito en el hecho de sentirse grabado mientras se practica sexo y cómo serán los resultados.

Se ha comprobado que en el caso de los hombres que quieren grabar sus relaciones sexuales el motivo radica en que buscan un “porno distinto”; aquel que es exclusivo, propio y donde los protagonistas de su película son ellos y sus pareja. Un recuerdo imborrable, excitante y que podrá ver en cualquier momento. Verse como un actor de porno, ya es cuestión de imaginación. Pero desde luego poseer y casi “coleccionar” este tipo de grabaciones les hace subir su particular ego.

Por el contrario, en el caso de la mujer, se presenta como un desafío más, una aventura, un reto. Los tabúes a veces no viene del hecho en sí de las grabaciones, sino de ciertos complejos con su propio cuerpo. Por lo que para ellas si es importante que sea dentro de una relación “muy estable”.


En ambos casos es una manera diferente de dotar de sal y pimienta a las relaciones sexuales para que estás sean diferentes y huir de esta manera de lo que pueda ser rutinario.

Al igual que a otras parejas les encanta también practicar sexo en lugares, públicos, prohibidos, exóticos, o con posibilidades de ser descubiertos, hay muchas que al grito de ¡acción!, grabando… su potencial sexual cobra la mayor excitación imaginable.

También muchas y muchos confiesan que no es sólo cuestión de una sola vez. De hecho las primeras grabaciones no suelen dejar satisfechos a ningún miembro de la pareja, ya que ambos se dedican a mirar y ocultar más las partes de su cuerpo de las que no están muy orgullosos, que centrar su atención en el motivo de la grabación. Pero está demostrado, quienes se graban una vez, repiten.
Buscar un mejor encuadre, otro escenario, etc, ponen de manifiesto toda dote de actor y exhibicionismo que cada uno o una de nosotras llevamos dentro.
Muchos se preguntarán, ¿y con que fin graban actos tan supuestamente íntimos?. Las respuestas son sencillas: estas grabaciones cumplen dos objetivos: practicar sexo de manera más morbosa, como si fueran espiados, y poder excitarse luego juntos al ver el resultado de su particular película.

Como decíamos, poco a poco se van cuidado mucho más todos tipo de detalles. Lo que ayuda a crear más morbo aún a las próximas grabaciones. Una lencería picante, todo tipo de complementos, velas, adornar el escenario, sábanas de satén, complementos e incluso los juguetes eróticos muchas veces comprados solo para la ocasión. Incluso varían las posturas y los ambientes que cada vez son más desafiantes.


Ahora, quienes sufren esta especie de obsesión por ser grabadas, fotografiadas, son las escorts. Muchos clientes confunden el hecho de ser chicas de sexo de pago, con el de que deben poder posar para ellos. A la gran mayoría les atrae poder fotografiar la cara, algo que es lo que desean enseñar a sus amigos. Pero la cosa se complica cuando pretenden hacer fotos a escondidas mientras las chicas se duchan, se desvisten, o simplemente están practicando relaciones con ellos. Todo un problema para las chica escort que debe cambiar el tono de su comportamiento.

Pero no solo juntos se hacen las grabaciones de contenido sexual. Muchas y muchos son los que fotografían o graban sus genitales, pechos, etc, o imágenes en poses eróticas o masturbándose, para así poder “regalar” a su pareja o amante lo más atrevido que se supone que están dispuestas a hacer. Lo hacen para que se exciten, para recordarles como lo hacen ellos o ellas, y para obsequiarles con el resultado de esa foto o grabación.
Sin embargo si el destinatario de las fotos es una persona capaz de hacer mal uso de estas grabaciones las consecuencias pueden ser fatales para la imagen social de esa persona. El caso de la ya ex concejala de la localidad toledana de Los Yebenes, cuyo caso dio la vuelta por toda la red, es un claro ejemplo.

En cualquier caso grabar nuestros propios cuerpos desnudos y practicando sexo es sinónimo de mentalidad abierta, de relación sana de pareja, de desinhibición y cómo no, de aventura…

Entre los más adolescentes de nuestro país si se está convirtiendo en una practica muy extendida. Algo que se ha bautizado como sexting y que consiste en la difusión o publicación de contenidos (principalmente fotografías o vídeos) de tipo sexual, grabados por el propio remitente, utilizando para ello el teléfono móvil principalmente. Debido a una mayor “inocencia”, confianza y falta de previsión de sus consecuencias, si se ha convertido en un gran problema. Somos los adultos los responsables de prevenir estos actos aconsejándoles no hacerlo.

Pongamos un ejemplo, que por otro lado es muy común: Una chica  se hace fotografías de contenido erótico con el móvil y se las envía por whatsapp a un chico con el que desea coquetear, o las publica en su perfil de una red social. Un contenido de carácter sexual, generado de manera voluntaria por su autora, pasa a manos de otra persona, pero que puede multiplicarse a que sean cientos las que vean su foto o vídeo. Esto es lo que denominamos sexting. Llegados a un caso como este la foto original ya no está controlada por su protagonista, con las posibles consecuencias sociales que pueda tener.

Grabarse en vídeo puede tener unos resultados muy excitantes para los adultos. Otra cosa es la posible difusión de este material privado, que sólo nos podrá traer consecuencias indeseadas.





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